Pasamos la mayoría del día en espacios cerrados construidos por el hombre y quizás es por eso que la naturaleza y sus maravillosos paisajes incontaminados logran tener un effecto inmediato en nuestro bienestar psicofísico. Baste pensar que, según un estudio publicado en Psychological Science, la simple observación de un paisaje desde la ventana tiene la capacidad de relajarnos y mejorar nuestras funciones cognitivas.
¿Por qué? Porque para nuestro cerebro las geometrías de la naturaleza son más fáciles de leer e interpretar.
Conscientes de la importancia de crear espacios acogedores, además de estéticamente agradables, cada vez más a menudo los diseñadores buscan inspiración en los elementos naturales, diseñando interiores capaces de proyectarnos inmediatamente al exterior y salones de vida al aire libre orgánicos, que se armonizan con el contexto en el que se insertan.