¿Qué mundo sería sin los colores?
Pensemos en el efecto benéfico que ellos tienen en nuestro estado de ánimo y su papel diario en nuestras vidas. Hablamos de emociones, percepciones, estados de ánimo que pueden ir desde la paz y la tranquilidad más absolutas hasta el entusiasmo incondicional.
Su uso, también en el mundo del diseño, siempre ha tenido una implicación psicológica. Nos permiten hacer que un determinado ambiente sea más cómodo y armonioso: los colores cálidos, por ejemplo, son conocidos por tener propiedades tonificantes y energizantes, mientras que los fríos, calmantes.