En busca del equilibrio perfecto

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¿Habéis oído hablar alguna vez del Feng Shui?

El significado literal de esta palabra, “viento y agua”, es una referencia real a los elementos naturales que crearon la tierra hace mucho tiempo.

En concreto, se trata de una antigua filosofía de origen chino, arraigada en la búsqueda del equilibrio en los entornos en los que vivimos. Un verdadero culto al espíritu, en el que el bienestar se sitúa en el centro de todo y cuyo principal objetivo es armonizar los espacios, garantizando una vida llena de felicidad, salud y prosperidad.

ARMÓNICAMENTE NATURAL

Bienestar, equilibrio, armonía: estos son los tres pilares en los que se basa el arte del Feng Shui.
Según esta filosofía, en efecto, la organización de los espacios y los accesorios, combinada con la elección de los complementos adecuados, permite que las energías positivas fluyan en el espacio, creando una especie de “oasis de bienestar”.

Para que esto ocurra, lo primero en lo que hay que pensar es en la arquitectura básica del espacio exterior: la construcción del jardín debe ser rectangular o cuadrada, para que sea más fácil de limpiar. Una vez definida la forma del jardín, habrá que combinar armoniosamente los cinco elementos naturales fundamentales de la cultura oriental: agua, fuego, tierra, madera y metal.

¿Cómo? Ahora os lo vamos a explicar.

AGUA Y MADERA

El elemento agua puede incorporarse a través de una bonita fuente, un estanque o, por qué no, una piscina.

Hablando de esta, hay que prestar atención a su forma: una piscina cuadrada se asociará con la tierra; una alargada, en cambio, con la madera; una circular o semicircular con el metal; una de borde curvo con el agua y, por último, una trapezoidal o de perfil irregular con el fuego.

Sin embargo, hay una característica importante que, más allá de la forma, vincula a todos los tipos de piscinas de un jardín Feng Shui: la energía que transmiten a los seres humanos.

¿Y la madera? Este elemento representa un nuevo comienzo, crecimiento y desarrollo, convirtiéndose en una de las fuentes de energía más poderosas. ¿Dónde encontrarla? No sólo en las plantas, como los bonsáis o el bambú, sino también en el mobiliario. Piense, por ejemplo, en las tumbonas fabricadas íntegramente con este material, como las de nuestra colección Barcode. Con su diseño esencial y su estética de inspiración natural, serán las compañeras perfectas en un día de relax y baños de sol.

FUEGO

El fuego. El elemento de la energía, la pasión, el dinamismo y la luz. Una entidad con propiedades muy importantes que también es una fuente inestimable de fuerza para nuestra psique.

¿Cómo incorporarlo al espacio exterior? La respuesta no se hace esperar.
Con fuentes de luz como velas, estufas, una chimenea, pero también lámparas de mesa, de techo o pantallas.

Estas últimas serán perfectas para iluminar el jardín dándole el vigor adecuado.
¿Cuáles os recomendamos? Las de la colección Tibidabo, discretas y elegantes, con sus líneas depuradas y esenciales, aportarán un toque extra al ambiente.

TIERRA Y METAL

Para muchas personas, el bienestar está ligado a la estabilidad: trabajo, familia, amor. Estabilidad que, según la filosofía del Feng Shui, se remonta al elemento tierra.

De hecho, existe un vínculo inseparable entre la tierra y las relaciones humanas que, a su vez, están relacionadas con el conocimiento, entendido como sabiduría y comprensión. Símbolo absoluto de calma, paciencia y tranquilidad, la tierra genera a su vez el último elemento en el corazón del Feng Shui: el metal, asociado a la fuerza y la resistencia.

Hemos pensado en una forma sencilla pero eficaz de introducir estos dos elementos en nuestro oasis personal de bienestar. Los complementos que, más que nada en el mundo, son sinónimo de estabilidad son las mesas bajas, los muebles o incluso las alfombras.

¿En qué hemos pensado? Una mesita, como Plinto, basada en líneas regulares y un diseño esencial, que con su estructura de aluminio con recubrimiento en polvo engloba la unión perfecta de estos dos elementos.