Y si os dijéramos Hygge, ¿qué pensaríais?
Se trata de una palabra de origen noruego y danés, cuyo nombre no podemos traducir literalmente, sino más bien podemos definir como un estado mental basado en la felicidad por las pequeñas cosas, el bienestar, la paz interior, la aceptación y la tranquilidad.
Un concepto abstracto, atribuible a un estilo de vida en el que nuestro comportamiento nos permite experimentar un estado de absoluta serenidad y placer.
Mencionamos esto porque parte de esta filosofía está estrechamente ligada a la naturaleza.
De hecho, a los daneses y noruegos les encanta estar al aire libre, independientemente del tiempo y del clima, porque están convencidos de que la naturaleza puede proporcionar un antídoto contra el estrés, mejorando el estado de ánimo y aumentando el bienestar psicofísico.
¿Hay algo más verdadero?
Vivir en contacto con el mundo que nos rodea, en una especie de “Outdoor Therapy” personal, donde los espacios exteriores se transforman en preciosos refugios donde regenerarse en perfecta armonía con el entorno.
ESCUCHARSE A SÍ MISMO
Regenerar la mente y el cuerpo lejos del estrés.
Un paseo por un parque respirando el aire fresco de las primeras luces del amanecer, escuchando el susurro del viento entre las hojas, viendo salir lentamente el sol que marca el comienzo de un nuevo día.
Aquí y ahora, viviendo el presente en toda su belleza y buscando la verdadera felicidad que puede ayudarnos a sentirnos realizados a largo plazo.
No hay nada más hermoso que disfrutar de esto en contacto con la naturaleza. Hygge también es esto: regalarse momentos preciosos, aunque sean pequeños, para saborear plenamente la vida.
Nos imaginamos en nuestro jardín con un buen café. Son las seis de la mañana, todos duermen todavía. Sentados cómodamente en nuestro sofá-cama family Emma disfrutamos de un momento para nosotros antes de empezar el día.
EL ESPACIO EXTERIOR
Un entorno al aire libre en el que desarrollar nuestra fuerza interior. Porque si lo pensáis, ¿cuántas cosas podemos hacer en nuestro jardín?
Bordar, escribir nuestras notas bajo las hojas de los árboles, o dejar que nuestros pensamientos – los más bonitos – vaguen mientras observamos cómo las nubes crean composiciones evocadoras.
Actividades que estimulan la mente, nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos y alimentan nuestro bienestar emocional.
La vida también se compone de esto: valiosos retazos de tiempo para realizar las actividades que más nos gustan.
Si lo pensáis bien se trata de un delicado equilibrio que hay que mantener para ser siempre felices.
Y nosotros, ahora, columpiándonos en la subibaja Emma, contemplamos el cielo.
UNA SAUNA AL DÍA
Una de las actividades más beneficiosas para el bienestar mental y físico es la sauna.
La razón es realmente sencilla: una sesión, aunque sea de pocos minutos, aporta beneficios evidentes a la piel, a la mente y al espíritu.
Nosotros, en este preciso momento, ya estamos acostados en el lettino Relax de la colección Wellness Therapy, la compañera perfecta para un día de relajación y meditación.
Rodeados de una atmósfera relajante, arrullados por el suave sonido de una melodía clásica, nos dejamos abrazar por sus formas ergonómicas para un confort total.